viernes

Bitácora de Nefrologia...


Bitácora del capitán: el martes he logrado desembarcar en el territorio de medicina II. He llegado específicamente al puerto mejor conocido como “nefrología”. Coordenadas exactas no tengo, solo sé que me encuentro en un punto del noreste y el lugar luce tal como me lo había esperado, inestable y peligroso. Me enfrento a sus habitantes, una exótica raza de médicos llamados en el argot popular “internistas”, individuos sabelotodo cuyos comportamientos suelen rayar en lo insoportable y despectivo y cuyas carencias de sentido del humor dificultan la interacción armoniosa con ellos.
Entonces el martes comenzaba mi “The Amazing Race” desde el Razetti al hospital de Guaraguao: rápido, corran, un taxi, tenemos que estar allá a las 9:30 y son las 9:00, un mapa, la brújula, debemos esquivar la mega cola de la UDO, espadachon ataja esos dos taxis, señor le daremos 30bs si usted llega en menos de 15 minutos a guaraguao, ¡este atajo apesta!, bajen los bolsos, corramos a buscar la bandera de señalización… perdón… buscar al doctor…
“Buscar al doctor” suena sencillo si estas dentro de un hospital normal, pero pareciera que Guaraguao es como “el país de las maravillas”, todo ahí son especies de túneles comunicantes, que tienen una puerta pequeña que te lleva a una puerta grande y eso de repente te comunica con otro túnel cuyo final es una especie de “monte” (como dicen en mi pueblo) con alimañas de todos los tipos que cuelgan de los arboles detrás de los cuales hay otro túnel que te lleva a la salida. ¿?. Tengo la hipótesis de que, uno de esos túneles se conecta a uno subterráneo que me lleva al Razetti.
El día que parecía una comedia trágica se convirtió en melodrama en el minuto que mi tutor nos asigno pacientes. “Bueno, tu paciente está difícil, ve lo que puedes hacer con él”. Mi paciente era hipertenso, diabético, nefropata, con diagnostico de pie diabético y además con gran desorientación y agresividad secuela de un accidente cerebro-vascular reciente. Pobre hombre. Su esposa lo cuidaba, pobre mujer, lucia cansada y desgastada. Ella lloraba mientras yo trataba de consolarla. Lógicamente aquella situación me alteró y por ello al llegar a casa inicie un llanto proveniente de lo más profundo de mi alma. La exigencia emocional de medicina interna es precisamente lo que una debilucha como yo no puede satisfacer. Sin embargo, cada día hay que llenarse de fuerzas ¿verdad?, para luchar por nosotros mismos y por los que amamos. Fuerza que inexplicablemente aparece y nos permite sobrellevar los sufrimientos de nuestros pacientes, disimular cuanto pueda afectarnos sus situaciones y ayudarlos de alguna u otra manera.
Hoy fue un mejor día. Sin embargo no me fio de ello y trato de llenarme de valor para enfrentar esta travesía.
P.D: los riñones no solo son adorables, también son IMPORTANTES. Cuidémoslos…
Foto: pensé tantas cosas que fotografiar, pero seamos sincero, ese afiche que está en la oficina donde nos reunimos está didáctico... me encantaria encontrar un plano del hospital para que lo vean... y me ayuden a descifrarlo.

3 comentarios:

Quien sueña mientras camina!! dijo...

Tengo la hipótesis de que, uno de esos túneles se conecta a uno subterráneo que me lleva al Razetti...

Eso seria realmente GENIAL!!!
ANIMO!!! Tienes que pensar que estabas hay para consolarla... jeje si te deprimes me dices caminar paseo colon es muy reconfortante jejeje
tq Hermanaaa!!!

Angela dijo...

Jajaja... estoy segura de que entrare a un tunel y cuando salga estare en sotano del razetti...
Estare pendiente con lo del paseo colon! te quiero hermana!

Pioja dijo...

No puedo negarlo, la foto me hipnotiza demasiado, tastas aguajas y vias y macro y microgoteros, es lo maximo el cartel, y tambien estoy segura de que hay un tunel ke comunica el razzeti con el guaraguo