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Legalmente ha iniciado mi semestre académico acompañándome de pediatría en primera rotación… no me siento ni en lo mas mínimo emocionada por ninguna de las asignaturas que cursaré estos meses llámense pediatría y medicina 2 que engloba cardiología (¡EW!), neumonología (medio ¡EW!) y nefrología (casi no ¡EW!)… es que definitivamente, lo que más espero de este semestre es culminarlo en buenos términos lo más rápido posible, para de una vez reencontrarme en el próximo con mi adorada ginecología (parte 2) y vivir mi amor desenfrenado con traumatología….
Me guste o no, ayer “empecé” el semestre esperando… desde las 7 am como la propia idiota esperando en el departamento de pediatría que publicaran el listado con las secciones y respectivos tutores, el cual no estuvo listo sino 24 horas más tarde (o sea hoy, típica velocidad de tortuga mocha). El listado era más difícil de descifrar que las profecías de Nostradamus y luego de un rato analizándolo lo entendí… para esta oportunidad tendré una tutora, quien entre los estudiantes tiene una fama de “malévola”, sinceramente si me dejo llevar por los comentarios que la rodean su mejor apodo seria “la mala de la película”. He aprendido a no guiarme por habladurías, esperaré el día de mañana cuando nos impartirá la primera práctica para formar mi propia opinión.
La mañana prosiguió en la colapsada emergencia del pediátrico (colapso es una palabra necia ante aquella masificación) donde esperábamos a la doctora mas angelical que puede existir (no estoy siendo sarcástica, esa doctora es la personificación de un ángel tanto física como espiritualmente). En esa hora y algo de espera sentía como mi tímpano trataba de suicidarse con el martillo (huesecillo), aquello era una sinfonía de llantos que no paraba, unos más agudos, otros en octavas más altas, llegó un momento en el que ni siquiera podía escuchar mis pensamientos… entonces hoy pediatría perdió puntos en mi listado de especializaciones, primero porque los niños me conmueven y sería mucha exigencia emocional para mí y segundo porque me gusta escuchar mis pensamientos…
La doctora angelical se desocupó y se sentó a hablarnos; soy culpable de amar las historias, me gusta que la gente hable de sus vidas y más aun que los doctores nos relatan algo sobre ellos (son nuestras pequeñas celebridades, siempre queremos conocerlos mas y mas), ella nos estuvo contando sobre su familia, sobre sus planes, sobre sus inicios y “si volviera a nacer, seria medico otra vez” frase con la que prácticamente culminó la pseudo-charla que nos impartió. Si yo volviera a nacer, también estudiaría medicina de nuevo, pensé.
Mi mente (y mi nervio auditivo) se despejaban a medida que mi caminata dejaba atrás el pediátrico y pasaba el túnel comunicante que me llevaba de vuelta al sótano del Razzeti. Me encargué rápidamente de mis diligencias acá (recibir un dvd en sótano, entregar un pendrive en 4to piso); ya podía irme, bajaba desde 4to piso cuando: ¡marmolito!, quien hablaba con un paciente cuando me vio y dejó aflorar su sonrisa made in ccs. Be cool Angela pensé y le regalé una sonrisita jovial que seguiría con un hola que no me dejó exclamar pues me dijo “¿no me vas a saludar?”, me tendió el brazo alrededor del cuello y besito de cachete, hoolaaa dije en el tono del “goood” de Summer (500 days of summer); ciertamente fue muy pero muy agradable su efusividad y prometo compensarla en algún otro encuentro en ese mágico pasillo del Razzeti, quizás hasta te diga que después de la F viene la E.
En conclusión, mañana de nuevo ir al pediátrico, específicamente a la consulta… ¿qué nuevas aventuras vivirá Angela en el mundo de los niños?, no se pierdan el próximo capítulo…
force be with me…
Foto: i miss my girls!
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