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Semana de locos parte III: Benito, TBC y el Burro...

Una vez que comentas que tu tutor de neumonología será Benito las personas te regalan expresiones faciales traumadas y traumáticas al mismo tiempo que te vaticinan un futuro digno de denominarse “Calvario” repleto de, según los eruditos en “Benitologia”, padecimientos y torturas…
Aquel martes iniciaba mi estadía en neumonología con Benito preguntándome “¿Dónde está tu identificación?”, en mi cartera respondí (con mi torpeza es mejor siempre dejarla ahí) y eso abrió paso a la repartición de adhesivos con nombres que debíamos pegar en nuestras batas y que pasadas dos semanas dañarían la misma con el estúpido pegamento… “entonces escojan un paciente para que luego presenten sus casos…” nos ordenó y se marchó.
Tras un sorteo interno con mis compañeros me dirigí hasta la última habitación donde nada más y nada menos me esperaba mi paciente con… TUBERCULOSIS. Señor, ¿tose con sangre?, “es que, la tos… es un estado… y si a eso vamos, ¿Qué es un estado?... tu entiendes, el amor… y cuando tu vayas a Paris entenderás…”; y mientras mi paciente filosofaba semejantes incoherencias, yo solo pensaba dos cosas: la primera, que Benito coletearía el suelo conmigo al día siguiente. La segunda: ¿Cuánto costaran esos trajecitos que se utilizan cuando debes entrar a ambientes con peligro biológico?...
La semana 1 transcurría con nosotros aprendiendo neumonología y convirtiéndonos en atletas gracias al estricto régimen impuesto por Benito en el que “deben traer 4 libros de medicina interna, 7 de farmacología, un GINA… es más, uno de anatomía, fisiología y fisiopatología”, y ese peso acompañaba las eternas caminatas por el hospital originadas una vez que algún interno decía la terrorífica frase: “doctor tiene una interconsulta en…”
Comenzaron las presentaciones de los casos clínicos, experiencias traumáticas que considero mis compañeros y yo preferiríamos reprimir… “¿Qué libro trajiste hoy?”, me preguntaba cada vez que pasaba la asistencia, y yo siempre tenía una sola respuesta: El Cossio… “El Cossio no es de medicina interna” y con la mirada fija en él pensaba, si no es de medicina interna… ¿Por qué dice MEDICINA INTERNA en la portada?...
Llegada la Semana 2 empezaba a experimentar una relación de odio amor hacia este hombre con aspecto descuidado, cara inexpresiva y tono de voz característico de “crisis de los 40”. Odioso, sarcástico, irrespetuoso, ¿Cómo no amarlo?; “Doctor, aunado a la sintomatología respiratoria la paciente presenta un cuadro depresivo”, dijo la interna, Benito la miró y vomitó una de sus típicas frases, “Hija, tiene 84 años, ¿Cómo esperas que no esté deprimida?”, ahogué mi risa y pensé: descaradamente incorrecto y genialmente inteligente, este hombre ROCKS…
“El sábado hay una jornada de neumonología y por si se lo preguntan, es obligatoria”, hubo una reproducción refleja de ese trillado sonido de carros chocando y rompiéndose los vidrios, ese fondo típico de las situaciones absurdas de teleseries… Benito quería torturarnos quitándonos el sábado, primer día de mis muy necesarias vacaciones…
Y así, luego de una hora de viaje con Marivi, vislumbré el “Bienvenidos a Clarines” que subliminalmente decía: bienvenido a una larga y aburrida mañana sabatina típica de un pueblo... el olor a humo que me produjo alergia, las arañas y hormigas atentando contra la vida humana, el burro o el cerdo (literalmente, entiéndase como sustantivo no como adjetivo) que te caminan por el lado, la tormenta que se desencadena y los relámpagos que caían a metros de donde estaba sentada me llevaron a pensar que ciertamente soy una mujer que ha nacido para vivir en ciudad...
Sea como sea, disfruté visitar ese pueblito: la gente de Clarines mostró mucha hospitalidad, me regalaron unos delirantes besos de coco y un exquisito dulce de leche y compartí momentos inolvidables con estos seres que constituyen una segunda familia: mis compañeros de práctica…
Aunque una vez pasen estas vacaciones tendré un día mas de práctica en el servicio de neumonologia, puedo decir que hasta ahora Benito no me ha hecho derramar ni una lágrima, todo lo contrario, sus odiosidades y peculiaridades me han sido entretenimiento gratuito diario e incluso nos regalo una aventura turística… ¿Qué más se puede pedir?...
Foto1: "Solo en Venezuela", así nos recibia el hospital de Las Garzas... que sutileza, ¿no lo creen?...
Foto2: yo solo queria iniciar mis vacaciones... (mas horrenda yo imposible...)

3 comentarios:

Unknown dijo...

jaja sí el doc Benito es un personaje particular, sin embargo aplica métodos excelentes, con la exigencia que tiene implícita, para uno aprender lo suficiente!! Es tremendo docente y buen asesor.

Angela dijo...

Eso es totalmente cierto. Creo que jamas olvidaré la semiologia de una radiografia ni el tto del asma; yo le tengo mucho agrado, a diferencia de mucha gente que no tiene nada bueno que decir de el, yo si admito que he disfrutado la rotación con el y que sin duda es uno de los médicos mas admirables que he conocido.

Hikari! dijo...

Comparto tu idea sis, el Dr. Benito tiene una excelente forma de enseñar, estresante si, pero se aprende!!!! :D Que bueno que te gustó!