viernes

Llueve y no para de llover...

Ayer conversaba con un amigo, el me decía que viajaría a Cumaná y yo le alerté acerca del estado de la carretera debido al patético asunto de las lluvias. “Si vale!! Qué cosas, a principio de año deseaban que lloviera y ahora q llueve desean lo contrario!” agregó el…
Me trasladé unos cuantos meses atrás cuando todo el mundo andaba alarmado porque no había agua en algún rio (o en todos los ríos) de Venezuela, lo que se traducía en GRAVES PROBLEMAS. Fue así como comenzó todo ese desastroso y poco memorable racionamiento de luz, racionamiento de agua y en pocas palabras: RACIONAMIENTO DE NUESTRAS EXISTENCIAS.
Así pasamos un par de meses durante los que absolutamente todas nuestras actividades estaban a merced de los horarios de racionamiento. Comer cuando hubiese luz para recalentar la comida, estudiar cuando hubiese luz para encender la laptop, bañarme cuando hubiese agua para quitarme la mugre, descansar cuando hubiese luz para encender el aire acondicionado y combatir el agotamiento que el calor generaba en mí…
De vuelta al presente, “llueve y no para de llover y siento que algo está fuera de lugar, algo anda mal…” porque todo el mundo anda alarmado; y no es para menos tomando en cuenta que la inundación no se detiene, las carreteras se caen a pedazos, hay derrumbes, hay damnificados, hay un caos al que deberíamos ya estar acostumbrados y sin embargo seguimos con el teátrico de sorprendernos…
A mi solía encantarme la lluvia, si, así fue hasta que complicó todos los planes de mi semana. Y gracias a la lluvia mis zapatos de trenzas rojas se mojaron adquiriendo una hediondez insoportable lo que como un efecto dominó motivó a mi mamá a lavarlos y quitarle la suciedad que tanta actitud les daba. Y gracias a la lluvia los viajes Puerto la Cruz – Cumaná tardan más de lo habitual.
Y gracias a la lluvia, el martes en la noche sufrí un colapso. Ahí estaba Angela, en ese lugar muy iluminado, mirando su reflejo mientras hablaba por teléfono con esa persona a la que no vería al día siguiente. Por primera vez en la vida la lluvia me causaba gran frustración y dolor el que se exteriorizó una vez que me deje caer en el piso de mi casa…
Y no podemos dejar de agradecer a la lluvia por llenar la piscina nueva de la universidad, si, ¿recuerdan aquella reconstrucción abstracta del puente de la UDO?, pues resultó ser una linda piscina (foto)…
Advertencia: no acepto críticas de la canción, es especial para mi, mi mamá me la canta desde que soy niña.

2 comentarios:

Andrés dijo...

Me causo gracia que al abrir tu blog escucho ese ambiente pseudo-infantiloide proporcionado por la tonada de fondo, jajaja.

Pero bueno sí, tanto que pedimos el agua, y creo que esa acumulación de deseos se desbordo al punto tal que todos por igual sufrimos aunque sea minimo de tales lluvias. El fin del mundo no suena tan distante cuando lo vivimos, aunque si mejora, luego lo olvidamos e inventamos nuevas fechas.

Creo que tu entrada me da una idea para yo postear algo, si escribo algo de la lluvia, no pienses en plagio, solo en inspiración.

Angela dijo...

Jajaja, quería causar ese efecto con la canción!

Jajaja, plagio? Jajaja, eres muy creativo para eso! Cuando lo postees pasaré a leerlo! :)